La belleza está en la cabeza

Proclaman algunos que la belleza está en la cabeza. Y tienen razón, porque la más grande de las bellezas permanece escondida de aquellos ojos que deambulan ciegos por tanto querer mirar. Como cuando el sol te deslumbra, privándote así de ver todo lo que su luz te hubiera permitido percibir de no haber sido tan osado.

La belleza a la que creo se referían ciertamente no es superficial, pero eso no te prohibe verla. La puedes ver cuando escuchándola o escuchándole - porque esta belleza no discrimina a nadie- eres capaz de entender hasta sus silencios. O cuando puedes verla a pesar de estar con los ojos cerrados, o incluso de sentir como te acaricia sin tocarte. Pero mucho más importante que cualquiera de estas cosas, si queremos encontrar esta belleza escondida en la cabeza, es entender que ésta la encuentras sin buscar porque es ella quien te busca a ti.
Lástima los que crean haberla visto con sus ojos porque difícilmente a ellos les buscará.