dimecres, de maig 24, 2006

La gema prodigiosa

Iba un hombre caminando por un bosque. Estaba pensativo, porque desde hacía tiempo se sentía insatisfecho, atribulado y triste. No encontraba sentido a la vida; la melancolía iba ganándole terreno.
¿Para que vivir?, se preguntaba. Caminaba cabizbajo y de repente encontró una gema muy bella en el suelo. La cogió delicadamente entre los dedos y, al contemplarla, en su fondo, vio el amable y hermosísimo rostro de una hada. Ella era más bella de cuanto pueda imaginarse. ¡Que ojos inmensos y sugerentes aquéllos! Tanta hermosura sobrecogía. Ella despegó sus labios para decir:
- Soy una hada del bosque. Puedo otorgar qualquier deseo. Pídeme lo que quieras hombre triste.
Aquellas palabras tocaron lo más profundo del corazón del hombre triste. ¡Que prodigiosa gema aquella que era la morada de una maravillosa hada!
-Pídeme lo que desees - insistió el hada.
Era su faz tan serena y tan melodiosa su voz, que al punto el hombre atribulado supo que el hada siempre haría lo mejor de lo mejor. Así repuso:
- Maravillosa hada instalada en el refulgente brillo de esta gema, solo te diré: haz aquello que tu consideres lo mejor.
Y el hada aclaró:
- ¡Oh, amigo mío, eso fue lo que tú me pediste cuando eras un animal y te convertí en el hombre que ahora eres!

de "antología de cuentos de la India y Tíbet"

1 comentari:

Anònim ha dit...

Blog tras blog, voy saciando mi sed de sabiduria. Gracias Maestro.